No volverás a comer una lata en mal estado: el truco infalible que utiliza el chef José Andrés
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Los alimentos enlatados mantienen sus propiedades nutritivas durante periodos prolongados gracias a los procesos de conservación utilizados durante su enlatado. Asimismo, al conservar sus nutrientes, son una opción saludable. Las vitaminas, minerales y proteínas permanecen intactos, lo que contribuye a una dieta equilibrada.
Otra ventaja significativa es la larga vida útil de este tipo de alimentos, ya que pueden durar hasta 5 años, asegurando una despensa bien surtida. Aunque tienen una fecha de caducidad establecida, se pueden consumir incluso después de esta fecha si no muestran signos de deterioro en color, olor y sabor. Además, las latas se pueden apilar fácilmente, ocupando poco espacio en la despensa.
Finalmente, los alimentos enlatados no requieren refrigeración. Se pueden almacenar en la despensa durante mucho tiempo sin preocuparse por las temperaturas, ya que se conservan adecuadamente.
El truco del chef José Andrés para saber si una lata está en mal estado
José Andrés nos ofrece una valiosa pista sobre la seguridad alimentaria que puede ahorrarnos muchos problemas de salud. Al examinar una lata de conservas, nos recuerda la importancia de verificar su estado para garantizar su frescura y seguridad.
Al sostener una lata de anchoas en salazón como ejemplo, el chef nos instruye sobre cómo identificar si está en buen estado. Destaca la importancia de examinar la lata en busca de golpes y prestar especial atención a la tapa, que es la parte más vulnerable del envase.
El chef enfatiza que, en el caso de las conservas de metal, la tapa debe estar intacta y sin abombamientos en la parte superior. Esta observación es crucial, ya que un abombamiento indica una posible infección bacteriana por botulismo, que produce gases y hace que la lata se hinche.
Ante esta situación, José Andrés advierte que es imperativo desechar de inmediato cualquier lata que presente abombamientos, ya que podría estar defectuosa y representar un riesgo para la salud. Estos simples pasos pueden ayudarnos a evitar problemas graves relacionados con la seguridad alimentaria.
Señales de alerta
Una lata con un golpe o abolladura puede comprometer el sello hermético, permitiendo la entrada de bacterias dañinas. Además, una tapa que se mueve hacia arriba y hacia abajo al presionarla puede ser indicio de un almacenamiento inadecuado, especialmente a altas temperaturas, lo que aumenta el riesgo de deterioro del alimento y pérdida de nutrientes.
La presencia de óxido en la lata también es preocupante, ya que puede indicar que la humedad ha corroído el metal, creando agujeros por donde pueden entrar aire y bacterias. Este problema es más común en alimentos con alto contenido ácido, como los tomates enlatados, y puede afectar el sabor, la textura y el valor nutricional del producto.
Una lata hinchada es otra señal de alarma, ya que puede ser causada por una congelación accidental o contaminación con bacterias peligrosas, como Clostridium botulinum. Este último es especialmente preocupante, ya que puede causar botulismo, una enfermedad grave.
Junto a estos signos visuales, existen otros indicadores que podrían indicar problemas con un alimento enlatado. Por ejemplo, si al abrir la lata el contenido sale de manera explosiva o se escucha un silbido fuerte, podría ser una señal de la presencia de bacterias anaerobias. Del mismo modo, la aparición de burbujas o espuma dentro de la lata también podría ser un indicio de actividad bacteriana.
¿Cómo elegir las mejores conservas?
Las latas de conserva pueden durar entre tres y cinco años si se mantienen en condiciones adecuadas. Es fundamental almacenarlas en un lugar fresco y seco, siguiendo las indicaciones de la etiqueta del envase para garantizar su calidad.
En cuanto a las conservas de legumbres, es crucial revisar qué conservantes se utilizan. Algunas marcas emplean cloruro cálcico, mientras que otras utilizan cloruro sódico, que puede ser menos beneficioso. En caso de optar por conservas con cloruro sódico, se debe lavar bien las legumbres antes de cocinarlas.
En el caso de las conservas de pescado, las mejores opciones son aquellas en aceite de oliva virgen extra y bajo en sal. Es importante verificar que el contenido de sal sea bajo y tener precaución con las conservas etiquetadas como «al natural», ya que pueden contener cantidades significativas de sal.
Respecto a las conservas de fruta, aunque es preferible consumir fruta fresca, las conservas pueden ser una opción válida. Sin embargo, es importante revisar los ingredientes añadidos, especialmente el azúcar. Optar por conservas en almíbar o al natural sin azúcar es la mejor elección para mantener un consumo saludable.
Una vez que la lata se ha abierto y si no se ha consumido todo su contenido, es importante evitar volver a almacenarla en la nevera. Esto se debe a que el contacto entre el metal de la lata, el alimento y el oxígeno puede provocar la formación de manchas de óxido. Por lo tanto, tras abrir la lata, es recomendable transferir el alimento a otro recipiente de plástico o vidrio con cierre hermético para preservar sus cualidades.
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